martes, 26 de mayo de 2009

CLAUDIA ALBERTARIO






Dicen que los hechos son mejores que las palabras, y esta vez Claudia Albertario decidió callar y dejar que sean sus tetas al viento las que expresen su legendario “Uy cómo estoy!”. Y a pesar del silencio, el mensaje te llega como por correo privado: la petisa tiene dos alfajores para regalar al primero que la invite a su casa a tomar la leche. Y eso fue justamente lo que hizo el uruguayo Diego Forlán, jugador del Atlético Madrid. “Un amigo común nos citó en un restaurante” explica Claudita, “tomamos unas copas y al final Diego quiso algo más conmigo, así que me invitó a subir a su casa, pero no acepté.” La historia parece tan artificial como la silicona que sirve de almohadón a esos dos tremendos patys que Albertario puso a la parrilla para deleite de todos los que gustan de la carne argentina, como los lectores de la revista española Interviú que publicó las fotos y como vos, dudó que haya sido la botinera que le cortó el rostro al futbolista. “No soy de las que quedan colgadas de las botas del primer jugador que le presentan” insiste Claudia con una firmeza sólo igualada por sus implantes de silicona, “sé que Forlán y yo podríamos forjar una gran amistad porque es un tipo con muy buen fondo”. Fondo de inversiones, pensás vos que le debe ver al uruguayo, pero la petisa no cede. “A mí los hombres me atraen por la actitud y la personalidad, no por el dinero o lo exterior.”

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